Boletín 15/09/2006
 
Internet cumple quince años de existencia

Internet acaba de cumplir 15 años y con la perspectiva del tiempo, se ha convertido en algo fundamental en nuestras vidas. De hecho, hoy por hoy, la Red lo envuelve todo. Ahora, comprar una entrada de cine por internet, reservar un viaje online o pagar un recibo por el banco a través de la Red no son la rareza y sí, la norma; esto es lo que pasa quince años después de su nacimiento: La Red se ha convertido en una gigantesca telaraña.

15 de septiembre de 2006
Letraaletra/Agencias

    La creación de páginas Web sentó las bases para que la Red se convirtiera en un fenómeno de masas y en lo que es hoy en día. A pesar del continuado intento de multinacionales y gobiernos por hacerse con el control de la red y a pesar de los intereses creados para convertirlo en un medio de pago, Internet continúa siendo un vehículo socializador y democratizador de las masas que cada día tiene más adeptos.

    Internet surgió cuando todo el planeta se encontraba en una fase de desconfianza total, esto es, en plena guerra fría y como era lógico, surgía a raíz de una propuesta o proyecto militar. Así, durante el espacio de unas décadas, la Red se convirtió en un espacio de información restringida, elitista y privilegiada, que se enfocaba o circunscribía únicamente a la investigación científica, a las grandes industrias y a los gobiernos.

    Antes de 1990, Internet era un maremagnum de ordenadores inconexos, en el que no existían enlaces, ni buscadores, ni tampoco se podían integrar imágenes y textos con facilidad en la pantalla, lo que luego se llamaría multimedia. Pues bien, fue Tim Berners-Lee, un científico británico del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), quién dedicó buena parte de sus investigaciones a simplificar el uso de la Red para hacer más fácil compartir textos de investigación entre científicos.

    De esta forma, el 6 de agosto de 1991, Berners-Lee hizo público el código de la World Wide Web o Web. Su invento propició la aparición de los primeros navegadores y de las direcciones que comienzan con el protocolo http://. Con ello y sin saberlo, el investigador había sentado las bases de Internet, creando el germen de lo que después sería la Red, el gran espacio de información y comunicación mundial y con acceso al gran público, no sólo a los intelectuales e investigadores privilegiados de sus orígenes.

    Diez años después de su creación, la gran telaraña pasó de ser una curiosidad tecnológica a todo un fenómeno de masas, en una revolución imparable que muchos llegaron a denominar la tercera revolución industrial o la sociedad post-tecnológica, que ha sido capaz de conectar con las inquietudes, intereses, necesidades y sueños de millones de personas en todo el mundo.

    Desde entonces, la Red no sólo ha cambiado la vida de millones de personas sino también de las relaciones económicas, empresariales, sociales, amistosas, afectivas, culturales, políticas, influyendo decididamente en todas las facetas de nuestra vida. En Internet no hay fronteras y ello ha facilitado las comunicaciones entre personas de cualquier lugar del globo y en tiempo real, toda una revolución de un calibre no conocido hasta el momento.

    Hoy por hoy, la World Wide Web es enorme. Nadie sabe cuantas páginas contiene en realidad y algunos hablan de hasta 40 billones. Tan sólo unas cuantas han logrado convertirse en referencias mundiales, como Google, eBay, Youtube, Amazon, MySpace, la propia Yahoo! o la Wikipedia.

    ¿Hacia dónde se dirige la Red?
    El usuario tiene cada día más control en la red y sobre la red, esto es algo innegable. El auge de los weblogs, de las comunidades online, de páginas web en las que los usuarios son los protagonistas directos donde publican o difunden lo que desean, son ya un hecho, que era impensable cuando nació Internet. Sitios como YouTube, que permite a los usuarios colocar vídeos y compartirlos, es ya hoy una realidad palpable, usada mundialmente por millones de personas.

    Por ello, las empresas buscan formas de sumarse a esta revolución, en lugar de luchar contra ella. Internet ha cambiado el mundo de las relaciones económicas, mercantiles, empresariales incluso el mundo de la publicidad tradicional, de las agencias tradicionales; que están siendo sustituidas por otras mucho más camaleónicas, amparadas en el uso de las herramientas que internet pone a su disposición. Sirva como ejemplo, JWT, la agencia de publicidad más antigua de EEUU y la mayor del mundo, que compró todo el espacio publicitario en el irreverente Huffingtonpost.com, para mostrar sus productos, posicionándose como una firma que comprende que el mercado está cambiando. Los medios de comunicación tradicionales también se afanan por no perder el carro de la modernidad y se unen para sobrevivir ante la avalancha y la apabullante marcha de la Red.

    Las relaciones entre la administración pública y el ciudadano también han cambiado y como no, las relaciones interpersonales, afectivas, sociales, ya que incluso buscar pareja por internet, no resulta hoy nada raro en cualquier coloquio o conversación de salón.

    Por todo ello, la Red lo envuelve todo, quince años después. Ahora, comprar una entrada de cine por internet, reservar un viaje online o pagar un recibo por el banco a través de la Red no son la rareza y sí, la norma; esto es lo que pasa quince años después de su nacimiento: La Red es una enorme telaraña.

    Ahora, nuevos peligros acechan a la red pero nada tienen que ver con los que padecía cuando nació. El poder de internet es tal que incluso el spam (tan dañino tradicionalmente) ya no es un enemigo invencible para la Red, porque está aprendiendo a luchar, e incluso a convivir con él.

    Ahora, los nuevos virus mutantes o los siempre impertinentes troyanos maliciosos, junto al ciberterrorismo o la ciberdelincuencia organizada son las lacras que debe afrontar en próximas fechas pero esta es otra batalla de la que, a buen seguro, saldrá airosa como en tantas ocasiones, para ganar la guerra y hacerse aún más fuerte.

 
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